Pretendías un trago suave, conciso y amargo.
Pero tenía guardado un brebaje que tus ansias pedían.
Ya que tu mirada circunspecta no prefería lo que salía por tu boca.
Pero siempre tus modales y el lenguaje de tu cuerpo desbarata las mentiras que planteabas.
Y lo que pedías no se asemejaba a lo que en verdad querías. Hasta que al final logre leerte convincentemente y traduje lo que Expresaban tus apetitos mas íntimos:
Alguien que en verdad te escuche.
Por Kosmich
No hay comentarios:
Publicar un comentario