La mirada era tuya, sabías dónde poner el punto de atención, que aliviaba tus horizontes, sabias para dónde apuntar, teniéndome tan cerca, intuías el apoyo del fusil en tus muslos, el pasado atañó aquella sonrisa clara como luna, que pedía perdón, ahora en épocas nocturnas, levantas el arma y disparas, proyectas tu venganza contenida en esa bala de cera, convertida en tu liviandad, de tu pasado ya sanado.
Por Kosmisch
Imagen: Mark Rider
Un disparo directo y acertado, como tus letras.
ResponderEliminarMil besitos.